Coleccionando cromos

Estamos en aquel momento en que ya llevamos casi un mes de cole, en que ya hemos retomado la rutina, en que volvemos a disfrutar de las tarde en el parque… En que vuelven las colecciones de cromos.

A las pequeñas princesas les encanta hacer colecciones de cromos (esto lo habrán heredado de mi, aún recuerdo aquellas colecciones de animales y plantas, de Candy, de Barbapapá, de David el Gnomo, de Érase una vez…) y este año ya tenemos nuestras elegidas.

La princesa pequeña se ha decantado por Tarta de Fresa y la princesa mayor por Animales. Así que cada viernes destinamos una parte de la paga semanal a comprar sobres de cromos que luego abrimos en casa y pegamos cuidadosamente.

¿Y porqué os explico esto? Porque he de decir que las pequeñas princesas no son las únicas que coleccionan cromos. YO TAMBIÉN!!

Colecciono cromos (si alguien sabe si tienen un nombre específico que lo diga) desde pequeña.

Muchos se han quedado por el camino, rotos o perdidos, pero otros siguen en mi poder guardados en una cajita metálica que pide a gritos un DIY.

Y mi colección de cromos sigue en aumento, aunque muy lentamente.

Las últimas adquisiciones fueron del mes de Septiembre: unos de Tigre, de no muy buena calidad pero que servirán para algún trabajo de Scrap, y los otros adquiridos en la feria de libros antiguos de Barcelona.

Así que ahora los viernes somos tres las que “jugamos” con nuestros cromos. Las pequeñas princesas pegándolos en el lugar correspondiente del álbum y yo enseñándoles las diferentes colecciones y como jugábamos con ellos.

¿Y vosotr@s coleccionáis cromos antiguos?

¿Conserváis “juguetes” de cuando erais pequeñ@s?

Contadme.