Mi colección de velas

Me encantan las velas. Encendidas y apagadas. Son como mini esculturas, preciosas y delicadas a la vez. Y cuando las enciendes, gracias a la luz que emiten, su calidez y en algún caso su aroma, te transportan a lugares de ensueño.

Me encantan la velas, y las colecciono desde hace muchos años.

Cuando Mr. X y yo compramos el piso donde vivimos, mentalmente busqué un lugar donde poder exponerlas, disfrutarlas, limpiarlas (esto no me gusta tanto, por no decir que nada) y hacer crecer la colección.

Finalmente me decidí por una serie de estanterías que forman un único módulo, en uno de los laterales del salón.

Hay un poco de todo: regalos de personas queridas, detalles de alguna boda especial, varias hechas por las pequeñas princesas, un regalo de un amigo que al ver esa vela en un mercadillo pensó en mi, un recuerdo de una escapada romántica y más tarde del viaje de novios…

Y de todas las temáticas que os podais imaginar: Navidad (Papá Noel, árboles de navidad, muñecos de nieve e incluso un Belén con todas sus figuritas), Primavera (flores de todo tipo incluso cactus), animalitos (no podía faltar el Dragón de Gaudí que decora la cabecera del blog y que me regaló mi suegra Mrs. E), para tomar un agradable desayuno e incluso comer unas frutas acompañado de una cervecita, estampados animales, elementos de la naturaleza….

De vez en cuando hay incorporaciones (cada vez selecciono más y busco piezas más especiales y/o espectaculares, o que me digan alguna cosa).

Y todo ello, todo este batiburrillo o como queráis llamarle, forma una colección absolutamente especial para mi.

Pero no sólo se acaba aquí, ya que además tengo algunas que forman por ellas mismas un elemento decorativo que dan vida a un rincon de la casa.

Partes de edificios de Antoni Gaudí que podemos ver en la ciudad de Barcelona.

Y no me olvido de tener siempre alguna encendida, para dar calidez y buen aroma a toda la casa.

¿Y vosotros, coleccionais alguna cosa?

¿Os gustan tanto las velas como a mi?

Contadme.