En el cole de las pequeñas
princesas el viernes de Carnaval es fiesta grande.
Los niños se disfrazan de lo que
quieren (siempre intentando que haya un punto DIY) y hacen una rúa matinal por
los diferentes patios para goze-disfrute-babeo de los padres.
Las pequeñas princesas no son
mucho de disfraces, así que siempre intentamos buscar una idea sencilla que
podamos hacer en casa. De esta manera, si no vuelven a ponerse el disfraz no sabe mal haber
tirado el dinero.
Este año estamos de extremos. La
pequeña princesa se ha decantado por el tul negro y el fieltro amarillo para
los complementos, convirtiéndose así en una súper heroína de lo más mona (modo
babeo de la madre).
Lo mejor de todo es que el disfraz
lo hemos hecho entre tres generaciones (nieta, madre y abuela). A la pequeña
princesa le ha encantado participar tan activamente en su disfraz, dando ideas,
usando las tijeras como loca y sobretodo haciendo la falda y las insignias.
Y la princesa mayor se ha
decantado por el blanco, azul marino y dorado. Ropa suya y mía que había por
casa, cintas doradas y algún complemento más para tener a una marinera
americana de lo más divertida.
Me ha encantado ir creando poco a poco la idea del disfraz de marinera, encontrar los detalles en mercerías y que le encantaran... nos hemos reído mucho y hemos aprendido una lección: tanto dorado no es guay, jajaja
Ahora sólo falta que llegue el
viernes, maquillarlas y peinarlas para la ocasión y disfrutar de la rúa.
Prometo fotos con la
correspondiente dosis de babeo.
¿Y vosotr@s, os disfrazáis o dejáis
esa fiesta para los peques de la casa?
¿Os gusta hacer los disfraces DIY
o por lo contrario los compráis?
Contadme.